Sin nombre

Me juraste que me amabas y yo te entregue mi corazón
te convertiste en el amor de mi vida desde el primer momento en que te vi
te lo di todo de mi y me lo agradeces engañándome y partiendo mi corazón
pero, se que te perdonaré, porque lo eres todo en mi vida, sin ti, ya nada me importa
me juraste que me amabas, y aun así me lastimaste, pero te perdonare, porque sin ti, no se vivir
moriría mil veces por ti.
Te necesito junto a mi, sin ti a mi lado, le temo a la oscuridad
por mi sangre, juro que si no puedes amarme, no importa, porque yo puedo amar por los dos, pero por favor, ya no te vayas.
Quédate. quédate por favor.
Cállate ya, no busques excusas, no te expliques, ya te he perdonado.
Eres mi alegría y mi dolor, mi perdición y mi salvación, y no puedo vivir con solo una parte de lo que eres para mi, porque te amo como eres, y no quiero ni puedo cambiarte 
tal vez, después de esto, algo cambie entre nosotros.
Tal vez, lo que nos unía sea mas débil, pero por favor, no me dejes, salvemos lo que quedo.
Todos cometemos errores, el tuyo tal vez fue engañarme y lastimarme.
¡Pero no te culpo!
Si tan solo yo tuviera la mitad de tu belleza, y si la lujuria y la codicia se apoderarán de mi, podría pasarme lo mismo
¿mi error? ser débil y no poder vivir sin ti.
Mirarte a los ojos y perderme en sus profundidades
mirar tu boca y no poder dejar de desearla
contemplar tu cuerpo y dejarme vencer por tu seducción
que me digas te amo y caerme a tus pies
amarte tanto que duele
ser tan idiota de pensar primero en ti y luego en mi
pero, todo es por amor y por eso perdoné tu traición
dices amarme y, en mi silencio, me pregunto si a esa persona cómplice de tu traición , me pregunto si también dices amarla.
Quiero que me mires a los ojos, pero te rehúsas y agachas la mirada, y al rechazarme, le haces otra grieta a mi pobre corazón
rechazo el dolor y te obligo a mirarme
egoístamente, siento alegría de ver arrepentimiento y tal vez un poco de dolor en ellos
suspiro sintiendo pena por ambos
¡ay cobarde de mi por no dejarte ir!


Autor Anónimo.

"Fix You", colplay traducida.


Cuando tratas de dar lo mejor pero no lo logras
cuando obtienes lo quieres, pero no lo que necesitas
cuando te sientes cansada, pero no puedes dormir
atascada en el reverso

Cuando las lagrimas vienen fluyendo bajo bajo tu cara
cuando pierdes algo que no puedes reemplazar
cuando amas a alguien pero es un desperdicio
¿Podría ser peor?

Las luces te guiaran a tu casa
y se encenderán tus huesos
y voy a tratar de arreglarte

Arriba por encima o por debajo
cuando también estas enamorada y lo dejas ir
si nunca intentaste nunca lo sabrás
solo porque tienes valor

Las luces te guiaran a tu casa
y se encenderán tus huesos
y voy a tratar de arreglarte

Cuando las lagrimas vienen fluyendo bajo bajo tu cara
cuando pierdes algo que no puedes reemplazar
cuando las lagrimas vienen fluyendo bajo bajo tu cara
y yo...

Cuando las lágrimas vienen fluyendo bajo bajo tu cara
cuando pierdes algo que no puedes reemplazar
cuando las lagrimas vienen fluyendo bajo bajo tu cara
y yo...

Las luces te guiaran a tu casa
y se encenderán tus huesos
y voy a tratar de arreglarte.

"Hermosa para toda la Eternidad" “robado” de instint darkenes, el blog de mi “papi”


No me da vergüenza, ni me molesta que me digan vaninosa, pero la verdad es que siempre he sido hermosa, perfecta, elegante, pero no me era suficiente quería más, quería ser más hermosa, incluso más que la diosa Afrodita.
Pero no se puede burlar a la ley de la vida, al menos eso creía yo, los días pasaron y mi cuerpo y rostro envejeció, hice todo para detener el tiempo; cremas costosas, cirugías en cada extremo de mi cuerpo, inyecciones en mi rostro. Pero el tiempo seguía siendo un tirano…
Un día cuando intentaba cubrirme una cana vi por la ventana a una mujer hermosa y elegante, que me miraba con la intención de que la siguiera. Me peiné lo más rápido que pude y me coloque mi mejor traje para intentar superar a las costosas y elegantes prendas que ella llevaba.
Al salir intente copiarle el paso lento y tan grácil que ella llevaba y que hacia a los hombres mirarla con deseo y las mujeres con recelo. Continué siguiendo a la hermosa pero misteriosa mujer hasta llegar a un callejón en el cual había una puerta vieja y desgastada ¿Qué hacia una mujer tan perfecta en un lugar como este?
- Si quieres entrar hazlo, si quieres ser como yo sígueme y si quieres saber mi secreto compruébalo.- Dijo la extraña mujer desde adentro.
Con paso firme cruce la puerta y quede impactada. Un piso de mármol tan limpio que miraba mi reflejo, paredes con decorados en piedras preciosas y muebles de caoba; pero lo más increíble fueron la hermosas estatuas, cada una de épocas diferentes.
- Toma asiento y veremos. Lo que tu deseas es la inmortalidad de una diosa, la elegancia de la realeza, la belleza de un ángel… y el atrevimiento, lujuria y soberbia de un demonio…
- Sí, todo eso es lo que deseo, dime tu secreto ya que no me importa el costo o el precio, te daré lo que sea…
- ¿Lo que sea? ¿Darías todo para ser igual que yo y ser a mi imagen?
Asentí varias veces y a continuación tomo mis manos con una fuerza increíble y me tiro al suelo, tomando mi cara en sus manos que se convertían en garras, sus ojos azules se volvían brillantes, feroces e inhumanos y su piel se volvió tan fría como el hielo. Entonces con un rápido movimiento mordió mi cuello y me sentí cada vez más débil y fría, mis músculos se endurecieron y mi piel se volvió cada vez más y más blanca, cuando terminó me levantó y me enderezó, estaba rígida y petrificada.
Cuando la vi quede impactada, la mujer ahora era más hermosa, su rostro estaba más joven, su cabello más largo y perfecto y su cuerpo mas voluptuoso.
- No te pongas triste querida, ahora somos hermosas y estamos inmortalizadas para siempre.- dijo una estatua de una joven hermosa, al parecer una chica de la época griega.
- No importa el precio, ser hermosas y admiradas es lo más importante, sin contar la elegancia.- dijo otra mujer preciosa, con ropas de la época victoriana.
Y así ocurrió… me quede allí quieta, fría, muda y dura viendo a partir de varios años como esa mujer traía a jóvenes hermosas con la promesa de la belleza siendo ella la ganadora, pero valía la pena, ahora estaba inmortalizada, con la belleza de un ángel y la frialdad de un demonio, para siempre, siempre, siempre…

La Muerta del Asiento Trasero

Cuenta la leyenda que una mujer que regresaba del trabajo en un autobús a altas horas de la madrugada se quedó petrificada al ver como dos hombres ayudaban a subir a un mujer que parecía inconsciente. Aunque en realidad…
Un autobús de servicio nocturno hacía su ronda por el centro de la capital, aunque en fin de semana solía ir lleno de jóvenes que regresaban de fiesta, entre semana el transporte no llevaba a mas de tres o cuatro personas en cada viaje.
Sandra era una de esas trabajadoras noctámbulas que terminaban su jornada laboral al amanecer, pero hoy había tenido suerte y se pudo escapar un par de horas antes de la empresa donde trabajaba como teleoperadora. Mientras subía al autobús iba pensando que con un poco de suerte podría dormir del tirón y levantarse a una hora “normal”, como el resto de sus conocidos, para pasear por el parque a la luz del sol. Como echaba de menos hacer vida diurna, pero por desgracia su trabajo por la noche era agotador y en más de una ocasión los jefes les obligaban a hacer unas horas extras, que por supuesto no se reflejaban en su sueldo.
El conductor de la ruta ya era un habitual, pero la verdad es que Sandra no era muy dada a hablar con desconocidos por lo que al “picar” su billete intercambio una sonrisa con él y continuó avanzando. Sentada en la parte central del autobús, luchaba contra el sueño mientras trataba de mantenerse despierta, no quería pasarse de su parada y acabar en la otra punta de la ciudad. Como casi siempre el transporte estaba casi vacío, sólo un chico con aspecto de universitario escuchando música con su ipod mientras ojeaba cientos de hojas de apuntes.
Sandra miraba aburrida por la ventana cuando sintió que el autobús se detuvo a recoger otros pasajeros. Dos hombres subieron colgando de sus hombros a un mujer que parecía inconsciente, muy probablemente se hubiera pasado con la copas y sus amigos la estuvieran llevando a casa, era el pan nuestro de cada día durante el fin de semana pero un martes era más extraño ver un espectáculo como aquel.
Los hombres avanzaron de lado por el pasillo mientras la mujer parecía envolver con sus brazos el cuellos de sus acompañantes, sin duda estaba totalmente inconsciente porque arrastraban sus pies por el suelo con cada paso que daban hasta el fondo del autobús. Una vez allí se sentaron en la última fila uno a cada lado de la mujer. Su aspecto desaliñado y el pelo cubriendo su cara impedían ver si se encontraba bien. Pero Sandra que no tenía mucho más que hacer lanzaba miradas furtivas a los extraños compañeros de viaje.
Los tres se mantenían en silencio y los hombres parecían un tanto agitados, probablemente por tener que cargar a cuestas a la mujer, que francamente tenía unos kilitos de más, cuando descubrieron que Sandra les miraba continuamente le lanzaron una mirada tan fría e intimidatoria, y se dijeron algo el uno al otro que no alcanzó a escuchar. De inmediato bajó la cabeza y asustada no se atrevió a mirar de nuevo hacia atrás.
Pero pasados unos minutos su curiosidad pudo a su miedo y se acordó que tenía un set de maquillaje en el bolso, sacó un pequeño espejito y empezó a buscar el ángulo para mirar que hacía el trío sin ser descubierta. Los hombres estaban distraídos mirando por las ventanillas como intentando descubrir donde estaban o buscando algún lugar. La mujer que ya no estaba rodeando con los brazos los cuellos de sus acompañantes y se había recostado en el asiento, parecía que se había despertado y miraba hacia ella. Sandra aprovechó que los hombres no podían verla para girarse a mirar a la mujer.
Casi se cae al suelo del susto cuando vio la cara de la mujer con la boca totalmente abierta y los ojos como platos mientras la miraba, nuevamente agachó la cabeza y se giró al frente. El aspecto de la mujer la había dejado impactada, la miraba como con ojos de terror y tan fija y fríamente que parecía una muñeca. Sin poder evitarlo miraba por el espejo qué sucedía una y otra vez, pero la mujer no dejaba de mirarla, inmóvil.
Mientras se giraba nuevamente a ver que sucedía sintió una mano en el hombro que casi la mata del susto, era el chico del ipod que se había levantado mientras ella estaba distraída. Con una cara de miedo que Sandra nunca podrá olvidar la miró y la susurró al oído.
“Bájate conmigo en esta parada y por lo que más quieras no mires a la gente que está sentada detrás”
Sandra sintió algo en su tono de voz que no le hizo dudar que el chico estaba muerto de miedo y debía obedecerle. Ambos bajaron en la siguiente parada, con la cabeza agachada y sin mirar a los extraños personajes que se habían sentado en la otra punta del autobús.
El autobús continuó su viaje y cuando sintieron que ya se había alejado lo suficiente el chico se giró hacia Sandra y le dijo:
“Esa mujer estaba muerta, esos locos la llevaban como si estuviera borracha o desmayada pero estaba muerta, estoy estudiando medicina y te puedo asegurar que presentaba claros indicios de rigor mortis. Estaba totalmente rígida y tenía la cara y las manos moradas. Esos psicópatas la llevaban paseando por la ciudad como si tal cosa. Tenemos que llamar a la policía”

El Perro del Guardabosques



Un guardabosques deberá dejar a su bebé de nueve meses solo durante unos minutos al cuidado de su perro fiel. Al regresar se encontrará la habitación y cuna del niño llenas de sangre y a su perro lamiendo los restos…

En los bosques del sudoeste de los Estados Unidos vivía un guardabosque junto a su esposa. Durante siete años habían intentado en vano tener un hijo y nunca lo habían logrado. Todo lo que tenían era a Sam, un pastor alemán de gran inteligencia y fidelidad, un perro que en más de una ocasión había salvado a las gallinas de ladrones o animales y que incluso una vez salvó a la esposa del guardabosque de un trío de borrachos.

Sam no podía hablar y decir “papá” o “mamá” pero hasta cierto punto había sido un hijo para la pareja. Traía el periódico y las zapatillas, perseguía el frisbee y lo atrapaba en el aire, entendía cuando necesitaban su compañía y también cuando debía irse o hacer silencio. Era un perro de esos que aparecen en las películas de Hollywood pero al fin y al cabo era un perro y nunca podría llenar aquellos espacios vacíos que motivaban en el guardabosque y su esposa el deseo hasta entonces frustrado de tener un bebé.

Un día sin embargo, la mujer del guardabosque le dijo a su esposo que por fin había quedado embarazada de un niño… No lo podían creer, estaban tan emocionados que compraron biberones, ropas de bebé, pelotas, carritos y una hermosa cuna, todo para recibir a la tan ansiada criatura.

Cuando el bebé nació ellos hicieron una fiesta y luego, a medida que el bebé fue creciendo, los mimos y las atenciones hacia Sam fueron disminuyendo y el perro, sintiéndose celoso del bebé, empezó a mostrarse menos afectuoso y más distante aunque siguió siendo obediente, fiel y tranquilo como siempre había sido. Nunca le vieron gruñendo al bebé o mirándole mal a pesar de los celos. Pero todos percibían que en el fondo el perro odiaba a un bebé que le había arrebatado el protagonismo y las atenciones de sus amos.

Pasados los meses llegó aquel día que el guardabosque nunca olvidaría:

Era una tarde en que su esposa no estaba porque había ido a reunirse con unas amigas en el pueblo, el guardabosque se había quedado sólo con el perro y el bebé. Cuando recibió una llamada avisando que unos cazadores furtivos estaban disparando sus armas a menos de un kilómetro de su cabaña. En cumplimiento de su deber como guardabosques (no así el de padre), decidió dejar al bebé, que ya tenía casi nueve meses, con el pastor alemán, su mujer le había avisado por teléfono que estaba en camino así que como máximo el niño estaría 15 minutos solo. Él sabía que volvería rápido y que el bebé dormiría al menos un par de horas más ya que se había acabado su biberón hacía escasos minutos. Le indicó entonces a Sam que cuidase de su hijo, cogió su escopeta, cerró la puerta de casa y se marchó.

Cuando regresó diez minutos después, ya que los furtivos escaparon antes de que él llegara, y abrió la puerta de su casa no daba crédito a lo que vio: Sam tumbado en la entrada del cuarto del bebé y con la boca llena de sangre y espuma.

De un salto pasó por encima del perro y entró en la habitación del niño. El espectáculo que se encontró le marcaría de por vida. La cuna del niño estaba volcada en el suelo contra la pared, la mesita de noche tirada en el suelo y la cuna, sábanas e incluso el suelo y la cortina manchadas de sangre, sangre que el mismo perro se lamía de sus patas.

Por unos instantes permaneció pasmado y con la mandíbula ligeramente desencajada, luego  y con los ojos llorosos de pura furia comprendió que el perro esperó su ausencia para deshacerse de ese molesto niño que le había robado el protagonismo. Una mueca de ira apareció en su rostro y, sin poder ni querer pensar en lo más mínimo, cargó su escopeta y disparó al perro.

Los perdigones reventaron el cuerpo de Sam, la sangre brotó a raudales de varios puntos de su piel y el pobre animal dio un gemido de dolor para luego desplomarse en un gran charco de sangre.

Pero cual sería su sorpresa cuando la detonación provocó un llanto que nunca más esperó volver a escuchar, el guardabosques corrió hacia la cuna que estaba derribada en el suelo  para darse cuenta de que en realidad el bebé se había quedado dormido detrás de ella y que las sabanas ensangrentadas que cubrían al bebé no le habían permitido darse cuenta de que su hijo seguía con vida…

Sujetando al bebé en sus brazos y mientras le besaba embargado por la alegría vio que estaba completamente sano y sin un solo rasguño, con lágrimas resbalando por sus mejillas, incorporó la cuna y lo dejó en ella para luego dirigirse hacia sus sábanas revueltas y ver que, sepultada por la tela, estaba enrollada una gran serpiente cascabel de casi dos metros de longitud, muerta por los mordiscos del fiel perro que había arriesgado su vida por salvar al bebé de la letal serpiente.

No podía creer lo que había hecho, y llorando como un niño abrazaba el cadáver de su amigo inseparable, al revisar con más detenimiento su cuerpo se fijó en un par de puntos rojos en su pata, era una picadura de la cascabel, probablemente su veneno era el causante de la espuma en su boca y sin duda parte de la sangre que había en el cuarto y la que el perro lamía de sus patas eran de él mismo.

Cuando su esposa llegó el guardabosque le contó lo sucedido. Dicen que fue tal el remordimiento que tuvo que gastó casi todos sus ahorros para enterrar al perro como habría enterrado al hijo que, gracias al fiel pastor alemán, no murió aquel día…

El Perro Atragantado


Una familia al llegar a su casa encuentra a su perro con el hocico ensangrentado y claros síntomas de que se está asfixiando. El marido lleva al perro al veterinario y allí descubrirán que es lo que se había tragado el animal… 
Una familia regresa a su casa tras un día de compras, al entrar por la puerta se sorprenden de que su fiel perro no se acerque a saludarles como habitualmente. El marido comprueba que hay restos de sangre en el suelo que llevan desde la entrada del jardín hasta la habitación principal.
Allí, se encuentra al perro mostrando un extraño comportamiento mientras rasca la puerta del armario. El reguero de sangre llega hasta su boca y el animal no deja de toser como si estuviera atragantado. El hombre viendo el lamentable aspecto de su perro, que gotea sangre por la boca mientras no deja de toser y luchar por respirar, se teme lo peor.  Por lo que le pide a su mujer que se quede con el niño mientras él lleva a su mascota al veterinario más cercano. No sería la primera vez que un perro era envenenado en el barrio por algún desaprensivo al que le molestan los ladridos o simplemente desea hacer daño.
Por supuesto el  drama familiar es impresionante, la mujer estalla en lágrimas mientras trata de tapar los ojos a su hijo para que no vea al perro sangrando y el niño gritando para saber que le pasaba a su inseparable amigo. Ambos se quedan desconsolados mientras el hombre lleva al perro en brazos hasta el coche familiar.
Al llegar al veterinario es inmediatamente atendido en la sala de urgencias, donde se comprueba que el perro tiene un corte muy profundo en el hocico. El corte es muy limpio, como hecho con un cuchillo. Pero eso no es lo que más le preocupa al veterinario, el animal parece extenuado y a punto de ahogarse ya que le resulta casi imposible respirar, por lo que deciden sedarlo con la intención de buscar el objeto que parece impedirle tomar aire.
Finalmente el veterinario empieza a sacar un objeto sanguinolento que inicialmente no es capaz de distinguir, al extraerlo completamente se dan cuenta de que es un dedo humano que parece haber sido arrancado de un mordisco por el animal.
El hombre palideció al comprender porque su perro no se despegaba de la puerta del armario y porque el reguero de sangre llegaba hasta allí.
¡Había alguien dentro del armario cuando ellos llegaron!
Mientras ellos salieron a comprar alguien había entrado en su casa con intención de robar, pero el perro lo atacó y tuvo que refugiarse en el armario para evitarle. El animal le había mordido en la mano y él le había clavado un cuchillo en el morro dándole el tiempo justo para escapar.
Inmediatamente llamó a su mujer para avisarla de que tenía que salir inmediatamente de esa casa. Pero no contestaba el teléfono. Preocupado por su familia regresó tan rápido como pudo mientras llamaba a la policía conduciendo a toda velocidad. Al llegar allí se encontró lo que más temía…
En su ausencia, el ladrón aprovechó para salir del armario y enfadado por la herida que le había infligido el perro de la familia se vengó degollando a su mujer y su hijo antes de escapar.

Los Marinos y las Vampiras

 A macabre tale of love "los marinos y las vampiras" 

 Una macabra historia de amor





CHAPTER II (THE END)

I always liked the legends, I am a firm believer that behind every legend there is a truthThis story is part of a collection of storiespublished by Norma Editorial entitled "The sea is full of mermaids." Here is my adaptation
Siempre me gustaron las leyendas, soy un firme convencido de que detrás de cada leyenda hay una verdad. Este relato forma parte de una colección de cuentos publicados por Editorial Norma bajo el título “El mar esta lleno de sirenas”. Aquí mi adaptación
Esta leyenda filipina advierte, como muchos relatos populares, que no todo es lo que parece.
The Philippine legend says, like many folk tales, not everything is as it seems.

Los pobres  marineros nunca habían tenido tantas tentaciones juntas, estuvieron tentados de aullar, estuvieron tentados de salir huyendo, estuvieron tentados de llorar como bebés, estuvieron tentados de gritar alocadamente
En ese terrorífico instante le vinieron a su mente antiguas historias de los vampiros filipinos,   asuangs, mannananggal, penanggalan, bebarlangs, danag, mandurago. Ésos eran los diferentes nombres con que las nombraban en distintas islas… 
Pero de lo que no tenían dudas, era que las jóvenes eran mujeres vampiros. Por eso sus cuerpos estaban separados. Seguramente las mitades superiores habían dejado crecer sus alas y volaron en busca de sangre humana para alimentarse.
Los marinos se susurraron órdenes. Se mandaban mutuamente a buscar sal, para esparcirla sobre las extremidades que habían quedado en el cuarto. Alguien les había contado que era una forma de destruir a esta clase de vampiros.
Pero, ¿quién se animaría a bajar a la cocina? 
La verdad que ninguno se animó, tenían demasiado miedo. Así que aprovecharon que el marino mediano estaba fumando su pipa, y en lugar de sal, espolvorearon cenizas. Después tuvieron dudas sobre la efectividad de las cenizas y se dedicaron a intercambiar las mitades. Pararon a la que estaba sentada y acostaron a la que permanecía parada. Y continuaron cambiándolas durante un largo rato, porque se habían olvidado la posición inicial. Esperaban que al aparecer las partes superiores, tardaran un buen rato en encontrar su otra mitad. 
Creían ganar tiempo como para huir, y finalmente escaparon de la casa con sensación de culpa. ¡No habían advertido del peligro al capitán! Pero los pobres infelices no recordaban la ubicación de su cuarto y temían que su mala suerte los llevara a la habitación de la viuda.
Lo que ellos no sabían era que horas antes, las partes superiores de las mujeres vampiro habían partido volando, acompañadas de un pequeño búho y otros oscuros pájaros. Aleteando pasaron cerca del cuarto del viejo capitán que, asomado a su ventana, contempló la bandada pensando alegremente:
—¡Qué pájaros tan tiernos! ¡Qué noche llena de bellas sorpresas!
El tik-tik y el wak-wak que hacían las aves durante el vuelo eran tan distinguibles que a veces prevenían a las futuras víctimas. Lamentablemente, los elegidos de esa noche dormían con un sueño profundo.
Cada una de las vampiros se posó sobre el techo de una casa. Habían seleccionado previamente sus alimentos. Una se ubicó sobre la habitación de un niño, otra sobre la de una joven y la tercera, sobre la de una mujer embarazada. De sus bocas abiertas de asuangs salieron kilométricas lenguas tubulares. Con el extremo puntiagudo hicieron una incisión en el tejado por donde introdujeron las lenguas y las deslizaron hacia abajo, hasta los durmientes a los que les agujerearon la piel. Pero esa noche no pudieron realizar su macabra absorción. Un presentimiento de peligro las hizo regresar en desbandada a su casa.
Poco más tarde, el capitán despertaba de un sueño inocente. Llantos y gritos lo guiaron al cuarto de las hermanas. Tocó a la puerta y le abrió la desesperada viuda. Desde el interior del cuarto, la mala vista del viejo hombre de mar no alcanzó a darse cuenta si eran tres o seis mujeres las que lloraban a la vez, se movían, pataleaban.
—¡Por favor lave las cenizas que cubren nuestros cuerpos, capitán! —le rogaron las jóvenes.
—Si no lo hace, ¡no podremos unir nuestras mitades y tendremos una muerte horrible!
—¡Nunca descansaremos en paz!
El capitán comprendió. Además, reconoció el chocante olor que lo había detenido en la puerta de esa casa. Era olor a sangre fresca.
Las mujeres vampiros seguían con sus quejas. Y amenazaban:
—Si no nos salva, les pediremos a otros vampiros que laman la sombra de sus marineros. ¡Usted sabe que eso los hará morir al instante!
El capitán se sintió conmovido por el dolor de las jóvenes, asustado por la suerte de sus hombres, y a la vez, resignado. No tenía muchas opciones. Asi que en silencio quitó las cenizas de las mitades inferiores de las asuangs usando un paño y agua. Luego de algunos intentos fallidos, los cuerpos se unieron. Las jóvenes, con gran integridad, le juraron al anciano agradecimiento eterno.
Pero sus almas ardían. Deseaban venganza. Y sin que el anciano pudiera detenerlas, salieron corriendo tras las huellas de los marineros. No les costó mucho encontrarlos. Era diciembre y Capiz celebraba Sinadya. Los tres marinos se mezclaron con el pueblo que había acudido a la fiesta en honor al patrono de la provincia. Entre la multitud, se habían sentido protegidos y bailaron con los concurrentes, siguiendo el son de exóticos tambores.
¿Qué los paralizó de pronto, en medio del desfile de personas y muñecos, obligando a la procesión a detenerse?
Una representación monumental de una mujer vampiro, cortada en dos mitades y hecha en papier maché. Nunca habían visto algo así y creyeron que era real. El terror los inmovilizó y a su alrededor se arremolinaron personas, y coloreadas y deformes criaturas de papel que figuraban ser peces, brujas, hadas y gigantes.
Nadie hubiera podido mover a los marineros si no hubieran aparecido las jóvenes asuangs que se acercaron a los tontos, y tomándolos suavemente de la mano, los condujeron lejos de la enorme muñeca de papel.
Los tres se dejaron llevar y el gesto de las mujeres, aparentemente tierno, ganó al público, que estalló en un aplauso. En ese mismo instante, los aparatos de pirotecnia se encendieron y en el cielo se dibujaron estrellas giratorias. Las asuangs jamás habían sentido el gusto de la aprobación popular. Era agradable. También lo eran los fuegos artificiales, además de ser considerados un signo de buen augurio. Los deseos de venganza de las mujeres se transformaron en deseos de integrarse con su pueblo.
—¡Si se casan con nosotras, les perdonamos la vida! —propusieron.
Los marinos, parados dócilmente frente a las mujeres vampiros, en perfecta escalera de alturas, no hicieron el menor gesto. Miraban hacia abajo, mareados, como en su primer día en tierra.
—¡Prometemos que nunca los atacaremos y seremos las mejores esposas del mundo! —juraron las asuangs.
¿Qué podían responder? Los marinos dieron el sí, días más tarde, en una horrorosa fiesta privada donde los invitados fueron duendes, espíritus errantes, bestias y fantasmas.
Después de este comienzo miserable, ninguno de los tres tenía alguna esperanza de encontrar felicidad en su futura vida de casados.

Sin embargo, se equivocaron. Las nuevas parejas fueron aceptadas entre la gente de Capiz, y las mujeres vampiro cumplieron sus promesas. Se portaron como buenas esposas y llevaron lejos sus vuelos nocturnos, para no interferir con su vida de casadas.
El capitán, que ya había visto y dejado ver de todo, siguió con sus viajes. Pero ahora, asociado a los tres marineros. El bajo, el mediano y el alto se dedicaron al turismo. Organizaban excursiones a las cuevas de Capiz mostrando estalactitas y estalagmitas naturales en estancias cavadas en la roca, que son como salones de baile adornados con esculturas de hielo.
Junto al capitán, los marinos, sin sus uniformes navales pero siempre formados en rigurosa escalera de alturas, vendían excursiones. Expediciones de buceo por las islas cercanas, a las zonas de los corales, ballenas, mantas. Expediciones en barco a las zonas de tiburones, y a los asilos naturales donde las tortugas anidan y engendran.
Esas excursiones costaban precios enormes. Les sacaban a los visitantes hasta su última moneda. Muchas veces fueron acusados de chupasangres, pero los tres marineros siempre desconcertaron con su honrada respuesta.
—¡Nosotros no! ¡Nuestras esposas! - FIN